Cómo diferenciar a un oráculo de un tarot?
Si nos guiamos por la
Wikipedia,
“Un oráculo
(μαντειον) es una respuesta que
supuestamente da una deidad por medio de sacerdotes, o de la Pitia o Pitonisa griega y
romana, o la Sibila,
o incluso a través de interpretaciones de señales físicas (tintineo de
campanillas, por ejemplo), o de interpretaciones de símbolos sobre piedras,
como las Runas, o de interpretaciones de símbolos sobre cartas, como el Tarot,
o de sacrificios de animales. Por extensión, se llama oráculo al propio lugar
en que se hace la consulta y se recibe la respuesta (el oráculo).”
En Grecia (en su famoso Oráculo de Delfos) el
oráculo se recibía a través de una mujer que se llamaban pitia o pitonisa, en
estado de éxtasis frenético. Por lo tanto, en un estado alterado de conciencia
producido (según dicen) por las
emanaciones de ciertos alucinógenos provenientes de aberturas en las rocas por
las que se filtraban.
¡Pobres mujeres, se pegarían
cada viaje, que otra que la belladona que se untaban las brujas y que les
hacían contar los viajes en escoba!.
Algunas personas admiten la forma de diferenciar al Tarot de los oráculos,
haciendo hincapié en la cantidad de cartas del mazo. Consideran que el
Tarot (para ser llamado así) debe tener la cantidad de cartas clásica: 22 arcanos mayores y 56 arcanos menores.
El tema de la diferenciación
por medio de la cantidad de cartas del tarot dependería de cuándo se comienza a
tomarlo como tal. Si consideramos el Minchiate como uno de sus antecedentes,
éste tenía mayor cantidad de cartas ya que se agregaba los 12 signos de
zodiaco, los 4 elementos y las virtudes teologales. Si se toma como su
antecedente al Tarot de Paris (siglo
XVII), allí comienzan las 78 cartas. Igualmente también está el Ansata Tarot (1981) que sólo tiene los
22 arcanos mayores, entre otros mazos con los que ocurre lo mismo.
Yo creo que para
diferenciarlos, más que por la cantidad de cartas, debería hacerse por los
conceptos (y aquí empiezan los problemas
partiendo de las distintas acepciones de la palabra tarot y sus significados
posibles). Para algunos autores significa “mazo de cartas” (Tar/Taru), para otros “la ley” (Torah); “rueda”
(rota); “sendero real” (TA: sendero,
RO, real) y así seguiríamos infinitamente.
Esta reflexión me lleva a
pensar que el tarot estaría formado por imágenes y signos, los que permiten
crear un código, que sirva para utilizarlo, no sólo de oráculo sino también
como enseñanza de vida (mediante la
correlación numérica); mientras los oráculos, serían instrumentos que nos
permiten “adivinar” algo en
particular, u obtener un mensaje para la ocasión..
Entonces, considero que para
poder llamarse
Tarot, las imágenes
que componen el mazo deben representar a los arquetipos, que han sido
asimilados por la humanidad a lo largo del tiempo y los cambios culturales, que
se transmiten de generación y generación y que pertenecen al inconsciente
colectivo
(común a todos los seres
humanos) funcionando como patrones de conducta
(imitativa en muchos casos).
Entonces la serie sería la clásica de
Loco, Mago, Sacerdotisa, Emperatriz,
etc., lleven el ropaje que les corresponda según la cultura a la cual
responden. Es decir, los arquetipos básicos son los mismos, solo cambia su
presentación.
Personalmente creo que el
tarot es también un oráculo. Si me llevo por los antecedentes griegos, en
cuanto a oráculo, haría una pequeña reflexión: el tarot es oráculo cuando a través suyo se perciben sensaciones (producidas por estados alterados de
conciencia) que no figuran en las
cartas (lo que ya tratamos en los
foros de clarividencia, precognición, etc). Es cuando decimos que las
cartas nos “hablan”.
Los oráculos como las
runas o el I Ching, se interpretan a través de signos. Además, los “avispados” de siempre, en vista del
interés que despiertan, han creado “velozmente”
cartas con los símbolos rúnicos y también con los exagramas del I Ching, así
que allí comienzan las mezclas en todos estos temas.
Igualmente siguen
apareciendo mazos, con distinta temática, que se denominan Tarot pero cuyas
imágenes poco tienen que ver con los originales y van cambiando según las
creencias (ángeles, hadas, etc)
En resumen, se podría decir que
todas las cartas de Tarot funcionan como
oráculos, pero, no todos, los oráculos son Tarot.
Liliana Cavallini