miércoles, 23 de enero de 2013

DIFERENCIA ENTRE UN ORÁCULO Y UN TAROT



Cómo diferenciar a un oráculo de un tarot?




Si nos guiamos por la Wikipedia,

“Un oráculo (μαντειον) es una respuesta que supuestamente da una deidad por medio de sacerdotes, o de la Pitia o Pitonisa griega y romana, o la Sibila, o incluso a través de interpretaciones de señales físicas (tintineo de campanillas, por ejemplo), o de interpretaciones de símbolos sobre piedras, como las Runas, o de interpretaciones de símbolos sobre cartas, como el Tarot, o de sacrificios de animales. Por extensión, se llama oráculo al propio lugar en que se hace la consulta y se recibe la respuesta (el oráculo).”

En Grecia (en su famoso Oráculo de Delfos) el oráculo se recibía a través de una mujer que se llamaban pitia o pitonisa, en estado de éxtasis frenético. Por lo tanto, en un estado alterado de conciencia producido (según dicen) por las emanaciones de ciertos alucinógenos provenientes de aberturas en las rocas por las que se filtraban.

¡Pobres mujeres, se pegarían cada viaje, que otra que la belladona que se untaban las brujas y que les hacían contar los viajes en escoba!.

Algunas personas admiten la forma de diferenciar al Tarot de los oráculos, haciendo hincapié en la cantidad de cartas del mazo. Consideran que el Tarot  (para ser llamado así) debe tener la cantidad de cartas clásica: 22 arcanos mayores y 56 arcanos menores.

El tema de la diferenciación por medio de la cantidad de cartas del tarot dependería de cuándo se comienza a tomarlo como tal. Si consideramos el Minchiate como uno de sus antecedentes, éste tenía mayor cantidad de cartas ya que se agregaba los 12 signos de zodiaco, los 4 elementos y las virtudes teologales. Si se toma como su antecedente al Tarot de Paris (siglo XVII), allí comienzan las 78 cartas. Igualmente también está el Ansata Tarot (1981) que sólo tiene los 22 arcanos mayores, entre otros mazos con los que ocurre lo mismo.

Yo creo que para diferenciarlos, más que por la cantidad de cartas, debería hacerse por los conceptos (y aquí empiezan los problemas partiendo de las distintas acepciones de la palabra tarot y sus significados posibles). Para algunos autores significa “mazo de cartas” (Tar/Taru), para otros “la ley” (Torah); “rueda” (rota); “sendero real” (TA: sendero, RO, real) y así seguiríamos infinitamente.

Esta reflexión me lleva a pensar que el tarot estaría formado por imágenes y signos, los que permiten crear un código, que sirva para utilizarlo, no sólo de oráculo sino también como enseñanza de vida (mediante la correlación numérica); mientras los oráculos, serían instrumentos que nos permiten “adivinar” algo en particular, u obtener un mensaje para la ocasión..

Entonces, considero que para poder llamarse Tarot, las imágenes que componen el mazo deben representar a los arquetipos, que han sido asimilados por la humanidad a lo largo del tiempo y los cambios culturales, que se transmiten de generación y generación y que pertenecen al inconsciente colectivo (común a todos los seres humanos) funcionando como patrones de conducta (imitativa en muchos casos).

Entonces la serie sería la clásica de Loco, Mago, Sacerdotisa, Emperatriz, etc., lleven el ropaje que les corresponda según la cultura a la cual responden. Es decir, los arquetipos básicos son los mismos, solo cambia su presentación.

Personalmente creo que el tarot es también un oráculo. Si me llevo por los antecedentes griegos, en cuanto a oráculo, haría una pequeña reflexión: el tarot es oráculo cuando a través suyo se perciben sensaciones (producidas por estados alterados de conciencia) que no figuran en las cartas (lo que ya tratamos en los foros de clarividencia, precognición, etc). Es cuando decimos que las cartas nos “hablan”.


Los oráculos como las runas o el I Ching, se interpretan a través de signos. Además, los “avispados” de siempre, en vista del interés que despiertan, han creado “velozmente” cartas con los símbolos rúnicos y también con los exagramas del I Ching, así que allí comienzan las mezclas en todos estos temas.


Igualmente siguen apareciendo mazos, con distinta temática, que se denominan Tarot pero cuyas imágenes poco tienen que ver con los originales y van cambiando según las creencias (ángeles, hadas, etc)

En resumen, se podría decir que todas las cartas de Tarot funcionan como oráculos, pero, no todos, los oráculos son Tarot.



Liliana Cavallini